domingo, 28 de diciembre de 2008

LO QUE ESTÁ MAL EN EL MUNDO (dentro del bocadillo).







Lo que está mal en el mundo. De G. K. Chesterton
Traducción de Mónica Rubio Edit. Acantilado. Barcelona, 2008
Ensayo. A finales del siglo XIX, la legislación higienista obligaba a las niñas pequeñas -obviamente, sólo a las pobres- a raparse el pelo para luchar contra los piojos que anidaban en los suburbios; parecía una medida sabia, y pocos notaron que lo que estaba mal eran los piojos y los suburbios, y no el pelo, y que por tanto eran los primeros, y no lo segundo, lo que había que eliminar.
Ciertamente, tampoco había muchos que dijeran públicamente que si el cabello de las niñas de los suburbios estaba lleno de piojos es porque vivían, como sus padres y madres, pisoteadas en el polvo por sus tiranos, y que lo que había que cortar eran las cabezas de éstos y no los cabellos de los siervos, aunque esto último fuera más fácil.
Entre los pocos que sí eran capaces de decir todas estas cosas está el autor de estos ensayos, que en su página de conclusiones ilustra su posición tomando partido por esa muchacha callejera que pasea sus hermosos rizos ante las ávidas tijeras de los higienistas: "La pequeña golfilla de pelo rojo dorado, a la que acabo de ver pasar junto a mi casa, no debe ser afeitada, ni lisiada, ni alterada; su pelo no debe ser cortado como el de un convicto; todos los reinos de la tierra deben destruirse y mutilarse para servirla a ella; a su alrededor, la trama social debe oscilar, romperse y caer; los pilares de la sociedad vacilarán y los tejados más antiguos se desplomarán, pero no habrá de dañarse ni un pelo de su cabeza". Se llamaba G. K. Chesterton y el mundo sería bastante peor sin sus libros. José Luis Pardo.

Insuperable contraste: Con el estómago lleno / con el estómago vacío... La fe, por el momento, todavía no ha movido de lugar esa montaña.