"Don Rodrigo Rato cobró el año pasado como presidente de Bankia dos millones trescientos cuarenta mil euros (más el variable). O lo que es lo mismo: 260 salarios mínimos anuales. O dicho de otra manera: ganó en un día y medio lo que un trabajador con el salario mínimo tarda en ganar todo un año. O explicado aún más claro: cobró en 2011 lo que a un trabajador en precario le costaría dos siglos y sesenta años en el tajo...("http://www.escolar.net/MT/archives/2012/01/salarios-maximos.html/comment-page-1#comment-499892)
RIODERRADEIRO dixit.-
Así me gusta, señor Escolar, contantes y sonantes las cuatro verdades del barquero. Y no se nos encoja, hombre, que, a veces, quizá por mimetismo con algún medio adverso, se pudieran malinterpretar sus intervenciones, desde luego, muy a la baja. ¿Qué otra cosa nos queda a quienes hemos nacido con la desgracia de la invisibilidad a cuestas? Para nosotros, el mundo es, resulta, demasiado "ancho y ajeno". Para ellos, un largo Rato de placer y ensueño. La justicia social del reparto equitativo -dicen- pervierte la voluntad de superación y nos hace a todos perezosos. En el desequilibrio está la salvación: Muera yo, ¡que viva don Rodrigo! La caridad, como el pan, no alcanza para todos. Y así debe ser hasta el fin de los tiempos.
Un buen RATO a la espera, ¿o no?
RIODERRADEIRO dixit.-
Así me gusta, señor Escolar, contantes y sonantes las cuatro verdades del barquero. Y no se nos encoja, hombre, que, a veces, quizá por mimetismo con algún medio adverso, se pudieran malinterpretar sus intervenciones, desde luego, muy a la baja. ¿Qué otra cosa nos queda a quienes hemos nacido con la desgracia de la invisibilidad a cuestas? Para nosotros, el mundo es, resulta, demasiado "ancho y ajeno". Para ellos, un largo Rato de placer y ensueño. La justicia social del reparto equitativo -dicen- pervierte la voluntad de superación y nos hace a todos perezosos. En el desequilibrio está la salvación: Muera yo, ¡que viva don Rodrigo! La caridad, como el pan, no alcanza para todos. Y así debe ser hasta el fin de los tiempos.
Un buen RATO a la espera, ¿o no?