viernes, 25 de noviembre de 2011

Cura anticlerical da misa en gallego


Tui recuerda esta semana a Faustino Rey Romero, miembro de la Real Academia Galega y párroco denostado por el franquismo, que encontró en Argentina una muerte extraña

SILVIA R. PONTEVEDRA

Poco a poco, los jardines de Tui se van poblando de desagraviados. Primero le tocó a Sócrates, cuyo busto fue arrojado al Miño por los falangistas al comienzo de la guerra, y ahora es el turno de Faustino Rey Romero, un cura que se decía "anticlerical" y al que el pueblo definía como "demasiado buena persona". Fue, probablemente, el primer sacerdote que dio misas en gallego fuera de Galicia o, según cómo se mire, en la quinta provincia, que es Buenos Aires. Lo hizo de forma habitual, en casorios, bautizos y comuniones, en la parroquia de Balvanera y cabreando al párroco titular, desde que en 1966 emigró huyendo del ambiente hostigador de la Iglesia franquista. No había pasado más que un año desde la primera misa en idioma propio que tuvo lugar en Galicia, autorización del cardenal Quiroga Palacios mediante, en la parroquia de Las Capuchinas de A Coruña. A esta orilla del charco, en 1965, los pioneros habían sido los curas Manuel Espiña y José Morente, nada más clausurarse el Concilio Vaticano II.
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Fundó la Romaría Vikinga de Catoira con varios amigos intelectuales
"No sé en qué verborrea hablas", le criticaba el obispo
A Faustino Rey, que fue titular de las parroquias de Amorín y Currás, el obispo de Tui, José López Ortiz, le decía molesto: "No sé en qué verborrea hablas". Y por sus homilías indisciplinadas, sus críticas a las dictaduras, sus loas a la libertad, sus amistades literarias, sus tertulias de bar y su doble vida (se hizo demasiado evidente una historia sentimental), terminó recluyéndolo en el convento del Carmen de Padrón, y luego en su casa natal de Isorna (Rianxo), sin parroquias a su cargo, durante tres años.
Allí no perdió tampoco el tiempo. Seguía alimentando su estrecha amistad con Rafael Dieste, acudía a actos culturales al margen del régimen, y con Fermín y Luís Bouza Brey y Maximino Sar fundo el Ateneo do Ullán y puso en marcha la Romaría Vikinga de Catoira. Cuando el grupo de teatro Airiños fue sancionado por representar A fiestra valdeira de Dieste, el cura pagó la multa.
Vecinos de Tui que integran el colectivo Levada Libre, el mismo que hace año y medio devolvió a los Xardíns da Media Lúa el busto de Sócrates, han organizado todos los actos que entre hoy y el viernes servirán para honrar la figura de aquel cura que atendió espíritus en el Baixo Miño y al que todavía muchos tudenses recuerdan. Un monolito esculpido por Rosendo González, con la caricatura del clérigo y una inscripción, será inaugurado el viernes por la noche muy cerca del griego. Los poemas del cura rebelde llevan sonando ya desde hace varios días en los centros educativos y la radio. Hoy a las 19.30 horas, en la sala Félix Rodríguez del Área Panorámica, su biógrafo, el rianxeiro Xosé Ricardo Losada, dará una conferencia que tendrá de postre las anécdotas que cuenten los vecinos. Y pasado mañana a la misma hora, en San Domingos, Méndez Ferrín, Xosé Luís Axeitos, Anxo Angueira y Ángel Luis Vázquez de la Cruz participarán en el principal acto de homenaje, con música y con bailes, que acabará en el parque con el descubrimiento de la escultura.
Dicen que por las calles de aquel Tui rígido y fascista, segunda localidad gallega, después de Ferrol, donde más represaliados hubo durante la guerra, Rey Romero solía vestir una sotana raída y algo agrisada por el sol y la lluvia. Un día, en la Corredera, un mendigo le pidió cinco pesetas. Don Faustino se rascó el bolsillo y no encontró más que tres. "Quédoche a deber dúas", le dijo mientras le entregaba la diferencia hasta el duro.
Después de su regreso a Tui, la presión eclesial aumentó. "La vida es dura y pesa", le escribía a una amiga poco antes de marchar a América, "como posible evasión de estas desventuras veo el camino de la emigración". En 1966 partió del puerto de Vigo. Faustino Rey, que desde 1950 era académico correspondente da lingua galega y fue la primera persona que recibió el Pedrón de Ouro, siguió así, hablando su lengua materna, oficiando en gallego, escribiendo y publicando versos en gallego, hasta que a finales de 1971 apareció moribundo en el patio de Balvanera. Se había precipitado desde una balconada. La policía argentina concluyó que había sido un accidente, pero la familia del religioso todavía cree que se trató de un asesinato. Criticaba sin la menor prudencia a los dictadores de aquí y de allá.