sábado, 23 de enero de 2010

El Millán Astray destronado.


Hoy, ¡por fin!, se ha acometido, una obra de piedad y misericordia con los ”paseados”, de/en A CORUÑA "et d´ailleurs".

La Corporación Municipal de esa ciudad, con la significativa excepción PePera que, una vez más, expresa su naturaleza y cuál es la auténtica savia que circula por los intersticios de su cuerpo físico y moral; el bipartito - digo - cogió el toro por los cuernos y lo expulsó de una plaza que, desde hace tiempo, no le pertenecía. A los de la gaviotas, herederos, al parecer gustosos, del hidalgo legado de aquellos despiadados represores, no les pareció bien que a la estatua del deforme fantasma de ”¡viva la muerte!” se lo llevaran a descansar plácidamente a un garaje. Más de un espadón lo despedía, como entonces, a mano alzada. El teatro hispano precisa de heroicos gestos, y de panderetas.

Los enguantados de manos impolutas jamás se rinden. La historia, para no contaminar sus pulmones, sólo la leen de esa guisa y con mascarilla. Son muy buenos cristianos. Esta gente va a misa.

El sociata de PVC se ha ido a rezar al Vaticano.
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